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Conoce la historia de la Iglesia y de la Virgen de Cupilco

“Cuentan que la Virgen de la Asunción de Cupilco se apareció a finales del siglo XVI, en la Barra de Tupilco, Paraíso, a la orilla del mar. Unos pescadores de Ayapa la encontraron con su barquito y otras cosas. La llevaron a una ermita y le hicieron velaciones como era costumbre, pero la Virgen al amanecer se volteaba, entonces  se dieron cuenta de que no quería estar allí, de la misma manera se la llevaron a probar si no se volteaba en Jalpa, Nacajuca, Cunduacán, Cárdenas, Comalcalco, Paraíso, pero siempre sucedía lo mismo, la encontraban siempre volteada.

Entonces la llevaron a Cupilco, pueblo de habla náhuatl. Con música de tamborileros le hicieron una velada y el santo rosario, luego la colocaron en su ermita donde quedó sin moverse.” 1

Desde los años cincuenta Cupilco hospeda una iglesia, después transformada en parroquia, y luego en santuario, donde se colocó la estatua de la virgen, que se volvió un importante centro de peregrinaciones.

Forma parte de las iglesias policromas de Tabasco, que se construyeron aproximadamente en el siglo XIX, y se caracteriza por sus brillantes y vivos colores, así como relieves que hacen alusión a la naturaleza y a la vida religiosa del lugar.

En este santuario se celebra durante los meses de mayo y agosto a la virgen de la Asunción, los días 15, 24 y 25 es cuando se dan cita cientos de peregrinos que acuden a entregarle ofrendas, promesas y agradecimientos

Durante la visita del Papa Juan Pablo II a Tabasco, el 11 de mayo de 1990, la Virgen de Cupilco fue erigida Patrona de Tabasco. 

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La danza del caballito blanco, base cultural que forma parte de nuestra identidad

La danza del caballito blanco es una de las más ricas expresiones de la cultura Yokotán, donde convergen la cultura indígena y la española. Se lleva a cabo en las fiestas patronales de Quintín Arauz, en el municipio de Centla, en honor a San Francisco de Pial; y durante los meses de septiembre y octubre en Tamulté de las Sabanas, de Centro, en honor a San Francisco.

El maestro en Educación Artística, Carlos Morales Hernández, es originario de ésta última demarcación, y desde hace 30 años se ha dado a la tarea de rescatar, preservar y difundir sus raíces culturales, entre ellas, la danza del caballito cuyo significado explica:

“Cuenta la historia que cuando llegan los españoles a nuestras tierras el indígena lo vio como un ser sobrenatural, pensaba que era mitad animal y mitad ser humano.Tenían un guerrero que defendía sus tradiciones, y se crea un enfrentamiento entre las dos culturas; al final sale vencedor el español que va a caballo, es una danza  de conquista.” 

El maestro Carlos ha formado a más de 17 generaciones, entre niños, jóvenes y adultos, en la música de tamborileros y danzas tradicionales. 

Pero reconoce que se viven “otros tiempos”, y a veces hay poco interés en estas actividades, por lo que implementa diversas estrategias para su rescate “Una de ellas es que los empezamos a formar desde pequeños en la cuestión musical, los tamborileros por ejemplo, eso forma parte de la identidad de nosotros, del pueblo, de donde somos, el origen.”

Asimismo, detalla que en el grupo conformado en Tamulté de las Sabanas participan en la danza del caballito blanco más de 20 personas, entre los dos danzantes, tamborileros y quienes ejecutan la música de viento.

Finalmente, Carlos Morales invita a que sin importar edad se conozca la historia, porque “esto forma parte de nuestra identidad, de nuestra base cultural, y sin ella no somos nadie. Recuerden que la educación depende de nuestra base cultural, y como digo yo, la cultura es el tesoro más grande de todo ser humano.”

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Día de generosidad se vive en la Enrama de la Virgen de Cupilco

“Un día de generosidad”, es como el sacerdote Roberto Madrigal Gallegos considera que se debe nombrar la enrama que enmarca la fiesta patronal, que cada 15 de agosto, se celebra en honor a Nuestra Señora de la Asunción de María.

Refiere que desde hace 30 años se acrecentó, porque el 11 de mayo de 1990, el Papa Juan Pablo II coronó a la Santísima Virgen “y pasa a ser la patrona de Tabasco, como es visitada por más parroquias de la diócesis, la tradición ha aumentado. Pero la enrama está desde nuestro abuelos y papás, y se sigue conservando.”

Desde principios del mes de agosto, en la iglesia que lleva su nombre, ubicada en el poblado Cupilco, del municipio de Comalcalco, se realizan diversas actividades en las que participa la feligresía católica de las 20 ermitas cercanas.

Peregrinaciones, misas, las tradicionales mañanitas, y una cabalgata son parte de las acciones que la población efectúa.

En esta ocasión la enrama se realizó el viernes 23. Los intensos rayos del sol no desanimaron a las personas, que a pie o en vehículos, llevaban productos, frutas, verduras, y animales, “como ofrenda para agradecer los milagros de la virgen, y en gratitud a Dios por todos los beneficios recibidos, ya sea del trabajo, de la siembra, o de lo que cada uno puede cosechar en su casa”, manifiesta el sacerdote.

Todo lo recabado se concentra y vende para tener recursos que serán invertidos en las necesidades que tenga la parroquia. 

El fervor religioso se percibe desde la explanada, donde es constante el ir y venir de quienes ofrecen los milagritos, escapularios, y veladoras. Mientras que a un costado de la iglesia los voluntarios elaboran el pozol que se repartirá entre los visitantes, que también reciben un dulce para reponer fuerzas. 

A este ambiente festivo se suma que en el parque central de Cupilco están instalados los participantes de la feria regional, puestos de comida y juegos mecánicos que abonan a promover un ambiente familiar.

Porque “así como  se eleva la fe, también hay un momento de ambientación, para que la gente se divierta sanamente”, manifiesta el padre Roberto, que agrega, además se realizan actividades culturales como bailables, música, poesía, presentación de cuadros bíblicos y obras teatrales.

Para finalizar, el domingo 25 de agosto todas las ermitas concurrieron a una misa que se celebró por la noche.

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Conoce a Enrique Oyosa, 24 veces ganador del primer lugar con los carros alegóricos que nacen de su inspiración

Desde hace 31 años, Enrique Oyosa Ortiz, crea carros alegóricos que asombran a los asistentes al tradicional desfile que antecede la Feria Tabasco.

Hasta el 2007 también elaboró barcos alegóricos, pero a partir de ese año se suspendió el recorrido por el río Grijalva después de la histórica inundación que afectó al estado.

Ha ganado 24 veces el primer lugar; tiene nueve segundos lugares, y en dos ocasiones obtuvo el tercer lugar. En la mayoría de los casos sus creaciones han sido para representar a Paraíso, pero también ha hecho carros alegóricos para los municipios de Cárdenas, Centro, Comalcalco, Tacotalpa y Teapa.

Asegura que quiere a todos sus carros alegóricos por igual, pero el que más recuerda es uno cuyo tema hizo a solicitud del Ayuntamiento “Quedé en segundo lugar, era de hormigas, hechas en diferentes escalas, donde representaban el trabajo, la fuerza; y las abejas, la organización.”

Y precisamente como una hormiguita que trabaja en equipo, Enrique Oyosa dirige a veinte personas para hacer realidad sus ideas, inspirado en la flora, fauna, costumbres y tradiciones de Tabasco.

Coincidencia o destino, en la entrevista lo acompaña una de las 300 hormiguitas que este año adornaron el carro alegórico de Paraíso, hechas de corozo, cordezuelo y frijol.

El maestro Oyosa recuerda que en 1988 inició en esta actividad para apoyar a su prima que fue embajadora, e innovó al hacer que las monumentales figuras tuvieran movimiento, obteniendo una mención honorifica.

Enrique Oyosa es maestro de profesión con especialidad en Biología, de ahí su interés por promover, a través de sus alegorías, el cuidado del medio ambiente. Con ayuda de familiares y amigos desde un año antes empieza a recolectar el material que utilizará, y que obtienen de la misma naturaleza.

También ha dado clases de artes plásticas, danza y modelaje. Durante 33 años ejerció como maestro y luego como subdirector en el estado de Chiapas, pero desde su jubilación -hace 10 años- radica de manera definitiva en Puerto Ceiba, municipio de Paraíso, Tabasco, lugar donde nació.

En la entrada de dicha localidad recibe a los visitantes “El gran crustáceo azul” que engalanó el carro y barco alegórico de Paraíso en el 2007; además de ganar el primer lugar, con el apoyo de la administración municipal su obra fue forrada con fibra de vidrio y se colocó en el pequeño malecón de Puerto Ceiba.

Fue inmortalizada en la película Roma, platica Enrique Oyosa que los productores buscaban locaciones para grabar algunas escenas en playas de Tuxpan, Veracruz, pero al no encontrar la atmósfera adecuada visitaron Tabasco.

Al pasar por Puerto Ceiba para ir a comer, el cineasta Alfonso Cuarón vio “El gran crustáceo azul”, y le pidieron su autorización para filmar una escena junto a la obra. Durante la entrega del premio Oscar, al ver la transmisión “Fue muy emotivo, yo estaba solo, y pues se corrieron las lagrimas de emoción de poder ver que mis obras, son ya internacionales”, apunta.

Además de idear los carros alegóricos Enrique Oyosa tiene una empresa dedicada a la decoración. Ha elaborado escenarios navideños en Tabasco, Coatzacoalcos, y ciudad del Carmen. También ha incursionado en la escultura con las obras: “Reencuentro”, “La fuerza de mi patria”, y “Garrobo”, que se pueden apreciar en el municipio de Paraíso.

En el 2002, Oyosa Ortiz fue jurado en la elección de la Flor Tabasco. Ha sido nombrado hijo predilecto de Paraíso en el 2004 y 2007. Y este año se le entregó un reconocimiento como personaje distinguido de Paraíso, durante la Feria Tabasco 2019.

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Las tortillas de La Güera Isidro: Combinaciones de sabores, irresistibles al paladar.

El rico aroma de una tortilla caliente hecha a mano, de ajonjolí con chicharrón, chaya con carne, chipilín, natural, o de otras novedosas combinaciones, distrae los sentidos de quien pasa por el local de “La auténtica güera”, en el tianguis Jesús Taracena Martínez, de la ciudad de Villahermosa, Tabasco.

Desde las cinco de la mañana y hasta las 3 de la tarde, doña Norma Isidro Almeida, “La güera”, trabaja afanosamente para preparar las tortillas que desde el 2007 empezó a vender, recordando los viejos tiempos de cuando hacía tamalitos:

“Mi abuelita me enseñaba, mi mamá echaba tortilla desde que yo estaba chiquita, empecé a echar tortilla naturales, luego de yuca, de plátano. Inicié en el mercado vendiendo puras tortillas naturales, después fui innovando con las de cabeza de cerdo, chaya con carne, ajo, torreja de yuca.”

La güera comenta que después de la histórica inundación que se padeció en Tabasco en 2007, pasó de vender comida a preparar sus famosas tortillas. La gente empezó a probarlas y proponerle nuevas combinaciones.

Actualmente sigue atendiendo las sugerencias de sus clientes “para que no se aburran de un solo sabor”, y hasta puede presumir que han exportado sus tortillas a otros estados del país, e incluso a los Estados Unidos:

“Normalmente se esperan hasta que vayan a visitarlos y así pues ya le llevan. Me mandan a pedir de Mérida, de Ciudad de México, de Oaxaca, y otros lugares, cuando sus familiares viajan para allá, llevan su tortillita.”

Al día, la güera vende hasta 450 tortillas, 300 en el local que tiene cerca del mercado Pino Suárez, y el resto son pedidos que le realizan algunos restaurantes. Los precios de cada tortilla varían de los 30 a los 50 pesos.

Para finalizar, la originaria del municipio de Nacajuca platica que de todos sus hijos, José Luis Cerino Isidro, abogado de profesión, es a quien le gusta la cocina, y con una sonrisa de orgullo, confía que será quien siga la tradición de su negocio.