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El ladrillo rojo, vestigio del manejo artesanal del barro en Tabasco.

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Por: Marilú Aké

Apenas han transcurrido dos horas después de la medianoche, y en la ranchería El río, ubicada a 5 kilómetros de la cabecera municipal de Jalpa de Méndez, Tabasco, Lucas Ricardez mezcla barro, arenilla amarilla, agua, y arena. Cerca de las 11 de la mañana esta combinación se convertirá en un millar de ladrillos rojos.


Lo acompañan en su rutina laboral Pedro y José Miguel Estrada, hijos de don Miguel Estrada, fundador y dueño de la galera que inició el oficio en esta demarcación que forma parte de Tabasco, uno de los pocos estados donde aún se elabora el tabique rojo de forma artesanal. 

De lunes a sábado, antes de despuntar el alba, don Miguel también trabaja y recuerda que cuando era un adolescente aprendió a hacer el ladrillo o tabique rojo, un material que se emplea en la construcción, principalmente de casas. 

Desde aquel día han pasado 50 años, enseñó esta actividad a decenas de personas, vio como se crearon y cerraron al menos seis galeras; pero la primera, la suya -platica con orgullo-, sigue de pie junto con otras dos que hay en la misma comunidad.

Es un trabajo pesado que las nuevas generaciones se niegan a aprender, refiere don Miguel Estrada, por eso lo convirtió un negocio familiar al que Lucas se sumó hace 15 años, y es quien precisamente detalla el proceso para obtener el ladrillo rojo que venden en 2 pesos con 50 centavos la pieza, y el millar en 2 mil 500 pesos.

La medida aproximada de cada uno es de 24 × 11.5 × 5.25 centímetros, al día hacen entre 1000 y 1500 ladrillos, al final de la semana llegarán a hacer poco más de 6 mil las piezas que tendrán listas para ofrecer a los clientes, porque en el transcurso de crearlas algunos cientos resultarán dañadas y no aptas para usar.

Lucas comenta que primero reúnen la materia prima en un pozo construido al fondo de la galera, con la fuerza de un equino, que da vueltas alrededor del pozo, ésta se mezcla y sale por una pequeña hendedura que está en la parte baja de un tanque metálico, al que han denominado molino y que ellos mismo diseñaron.

Posteriormente, la mezcla se verterá en un molde que tiene forma rectangular, y cada una de las piezas será puesta al sol en el espacio habilitado para el secado, donde deberán permanecer varios días.

Al final de la semana serán acomodadas en forma de enrejado en el horno que han construido para ser quemados con leña, después de 18 horas, poco más de seis mil ladrillos pasaran del color gris al característico rojo que todos conocen, pero para ser vendidos se debe esperar hasta que puedan ser sacados del humeante horno.    

En el oficio artesanal de hacer ladrillos rojos de barro no solo es necesaria la fuerza física y la experiencia que dan los años, mucho se depende de las condiciones climáticas, en los días nublados o de lluvia no se puede trabajar; pero tampoco pueden laborar bajo el intenso sol que cobija a Tabasco, es por ello que este equipo de jalpanecos debe dormirse a las ocho de la noche, y seis horas después, bajo el cielo aún estrellado estar de pie para empezar a construir un paisaje en rojo, que hará contraste con el verde del campo que los rodea.  

1 comentario en “El ladrillo rojo, vestigio del manejo artesanal del barro en Tabasco.

  1. Buenas tardes. ¿En dónde se pueden comprar esos ladrillos? Gracias

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