Publicado el 1 comentario

Desde Macuspana, la alfarería de don Isabel Hernández: Un regalo para la madre tierra

Compartir

Si la felicidad se puede resumir en un nombre, este sería: José Isabel Hernández García. 

Dedicado a la alfarería desde hace más de 35 años, todos los días agradece a la madre tierra por brindarle el barro que le da vida a sus piezas, y es por ello que en su honor  le puso a su taller un nombre de origen Yoko´tan.

“Porque de ella vivo, de la tierra vivo, yo siempre he dicho, yo no tengo tierra, pero si vivo de la tierra, transformando el barro, vivo, y me da para vivir, por eso le puse a mi taller K%na´lacab, que quiere decir: Nuestra madre tierra.”

Mientras sus manos y pies modelan sin parar en el torno, agrega que además de leche y miel, la tierra produce colores. 

Así lo ha comprobado durante su búsqueda de barro en cerros, o  lugares  en los que escarban para hacer pozos de agua, donde a siete metros de profundidad ha encontrado barro de colores naranja, negro, morado y verde. 

Don Isabel o Chabelo, como lo conocen en la ranchería Vernet Segunda Sección, ubicada en el municipio de Macuspana, Tabasco -donde vive y está su taller de alfarería-, labora de lunes a sábado, de ocho de la mañana a tres de la tarde, pero si tiene algún pedido puede trabajar hasta las 10 de la noche.

Con la sonrisa que siempre lo acompaña, destaca que la alfarería es una cultura ancestral que heredó de sus  tatarabuelos, así lo confirma la vasija que le dejó su tatarabuela. La pieza tiene más de 100 años, y se conserva intacta.

Es por ello que este tabasqueño transmitió a sus 14 hijos el amor por la arcilla, pero la mayoría estudiaron y ejercen diferentes carreras profesionales. Con un dejo de tristeza dice que “lo abandonaron”, ya que en la actualidad solo un hijo se dedica a la alfarería; mientras que tres de sus hijas lo ayudan en el taller.

Pero sus pequeños nietos también colaboran, puliendo con cuarzos o piedras lisas las piezas que él va creando. 

Además de los característicos sonidos de animales de granja, la música que sale de una pequeña grabadora negra es la compañera fiel de Don Chabelo, porque afirma, en su cultura el barro no es una pieza muerta.

“Es una pieza viva, graba la música que estás escuchando. Cuando el alfarero está estresado o triste, la pieza no sale bien, porque capta la energía de la persona. Es relajante, si uno agarra un pedazo de barro y le empieza a dar forma, se nos va la tristeza”.

Este alfarero tabasqueño imparte talleres a niños y estudiantes universitarios. Y en este momento enseña alfarería a seis jóvenes becarios, porque insiste en que no quiere llevarse sus conocimientos a la tumba:

“Quiero que otros aprendan, que otros lo aprovechen, que realmente se vea que hay una riqueza en la tierra, por eso le llamamos nuestra madre tierra, porque es la que nos da que comer, entonces yo quiero invitarles, si quieren venir a aprender, aquí estamos abiertos para enseñarles”. 

Con un cántaro para sacar agua del pozo, y un mecapal, Don Isabel Hernández ganó el Gran Concurso Estatal de Artesanías, en sus ediciones 2017 y 2018.

La pieza que más le solicitan son los incensarios, pero en los anaqueles del taller hay una variedad de platos, tazas, vasos, lámparas, cazuelas, comales, jarros, floreros, maceteros, ollas, cazuelas, y comales. Aunque Don Chabelo confiesa que lo que más le gusta es hacer esculturas.

Como todo trabajo artesanal, el proceso para crear las piezas tarda al menos una semana, empezando con el moldeado en el torno, luego se dejan secar en sombra, sigue el retorneo, después engobar o empastar se deja reposar, enseguida se pulen, se dejan al sol un día, y se meten al horno durante cuatro horas; después de un día y medio, las piezas se pueden sacar.

Cuando preguntamos a Don Chabelo por su fecha de retiro, sin titubeo responde “Hasta cuando Dios me llame a la jubilación, me voy a acostar y a dormir eternamente”.  

1 comentario en “Desde Macuspana, la alfarería de don Isabel Hernández: Un regalo para la madre tierra

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *