
La danza del caballito blanco es una de las más ricas expresiones de la cultura Yokotán, donde convergen la cultura indígena y la española. Se lleva a cabo en las fiestas patronales de Quintín Arauz, en el municipio de Centla, en honor a San Francisco de Pial; y durante los meses de septiembre y octubre en Tamulté de las Sabanas, de Centro, en honor a San Francisco.

El maestro en Educación Artística, Carlos Morales Hernández, es originario de ésta última demarcación, y desde hace 30 años se ha dado a la tarea de rescatar, preservar y difundir sus raíces culturales, entre ellas, la danza del caballito cuyo significado explica:
“Cuenta la historia que cuando llegan los españoles a nuestras tierras el indígena lo vio como un ser sobrenatural, pensaba que era mitad animal y mitad ser humano.Tenían un guerrero que defendía sus tradiciones, y se crea un enfrentamiento entre las dos culturas; al final sale vencedor el español que va a caballo, es una danza de conquista.”
El maestro Carlos ha formado a más de 17 generaciones, entre niños, jóvenes y adultos, en la música de tamborileros y danzas tradicionales.

Pero reconoce que se viven “otros tiempos”, y a veces hay poco interés en estas actividades, por lo que implementa diversas estrategias para su rescate “Una de ellas es que los empezamos a formar desde pequeños en la cuestión musical, los tamborileros por ejemplo, eso forma parte de la identidad de nosotros, del pueblo, de donde somos, el origen.”
Asimismo, detalla que en el grupo conformado en Tamulté de las Sabanas participan en la danza del caballito blanco más de 20 personas, entre los dos danzantes, tamborileros y quienes ejecutan la música de viento.
Finalmente, Carlos Morales invita a que sin importar edad se conozca la historia, porque “esto forma parte de nuestra identidad, de nuestra base cultural, y sin ella no somos nadie. Recuerden que la educación depende de nuestra base cultural, y como digo yo, la cultura es el tesoro más grande de todo ser humano.”