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Elaboración de cayucos, tradición en peligro de extinción

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A don Luciano nadie le enseñó a hacerlos, “porque antes todos usaban cayucos, y yo me fijaba, entonces a la edad  de 18 años intenté hacer uno, y sí lo saque, me sirvió para ir a pescar al campo”

Aunque continúa construyendo cayucos de gran tamaño, los  pequeños son los que más elabora y vende como artesanía. Al mes llega hacer hasta 15, cuyos precios van de los  700 a 1500 pesos, y muchos son adquiridos por personas de otras entidades.

A 22 kilómetros de capital del estado de Tabasco, se ubica el poblado Olcuatitán, en el municipio de Nacajuca, hogar de don Luciano. 

En su taller “Artesanos laguneros” elabora estos cayucos que pueden medir 10 centímetros, hasta los que pueden llevar a 15 pasajeros. Para los primeros ocupa la madera de cedro, y para los segundos del árbol del piche y de mango.

Reitera que de forma empírica inició en este oficio que considera una verdadera vocación. En esa época llegó a hacer hasta 60 cayucos por año, que vendían a los campesinos y pescadores a 15 y 20 pesos.

Pero en la actualidad solo realiza uno por año, y el precio varía de los 5 mil a los 10 mil pesos, comenta que “Ahorita apenas sale un pedido de cayuco, es una rareza, porque ahora hay de fibra de vidrio, pero no se igualan con el cayuco natural, no le puedes tirar la carga porque se quiebran”.

Aunque don Luciano transmite a sus hijos y nietos la vocación por hacer cayucos, no ha tenido mucho éxito, solo su hijo Paulino Hernández Gordillo continúa con la tradición del tallado de madera y elabora alhajeros, servilleteros, centros de mesa, entre otras artesanías.

Además, pinta con paisajes tabasqueños los cayucos que realiza su papá; en tanto, sus dos hermanas, junto con sus hijos, y su mamá, lijan los productos que posteriormente venden.

Desde el 2014 que don Luciano recibió el apoyo para abrir su taller, ha intentado transmitir sus conocimientos en el arte de hacer cayucos entre los jóvenes de la comunidad, pero con tristeza reconoce que desisten a los pocos días.

En el poblado Olcuatitán hacer cayucos surgió de la necesidad de tener un medio de transporte que comunicara el municipio de Nacajuca con Villahermosa, para llevar los diversos productos de la región.

Desde aquella época a la fecha, en don Luciano el amor por construir cayucos no ha disminuido, trabaja durante toda la semana a partir de las seis de la mañana, y con sus piezas ha participado en diversas exposiciones y concursos.

Con su mirada que refleja calma nos explica paso a paso todo el proceso para hacer un cayuco, desde la elección del tronco, el trazo de las líneas, cómo escarba la parte interior para darle un acabado limpio, después con el machete trabaja la forma exterior para darle la forma ovalada, y para finalizar lija la pieza.

En cada una deja un poco de ese amor por el oficio, que en su imaginación, le  permite navegar más allá de su hogar.


4 comentarios en “Elaboración de cayucos, tradición en peligro de extinción

  1. DONDE LO PODRIA CONTACTAR A DON LUCIANO ?

  2. GRANDIOSO…pásenme su contacto…quiero un CAYUCO…

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